Hola Eduardo: Enhorabuena por el magnífico reportaje de las Fiestas de San Joaquín, ya sabemos que han sido estupendas en cuanto al acto religioso y los actos lúdicos, orquestas, cenas, etc.
Gracias por el reportaje porque gracias a él los foráneos nos enteramos y en cierto modo también las disfrutamos.
También he leído los artículos del programa, y si bien me han gustado todos el tuyo sobre el periodista José Benito Polo me ha gustado sobre manera, porque tuve el gusto de conocer a dicho señor, que venía mucho por nuestra casa dado que su Sra. Irene de casa de Frechín era muy amiga de mi hermana María, además era muy amigo de Ignacio de Beneder el cual me apreciaba mucho desde que yo era niño, pues venía mucho con otros mozos al café de mis padres y siempre tuvimos una magnifica relación con toda la familia Beneder, y claro estuve en muchas conversaciones con ambos.
Pero, la crónica sobre las fiestas del año 1951, es errónea, no estuvo la orquesta Estrellas Negras, ni hubo cantador, la orquesta fue la Columbia de Estadilla.
Fue para mi una fiesta insuperable, hacía dos años (1949 y 1950) que no estaba en la fiesta, porque estaba en la mili y estudiando, en el Hospital Militar no daban permisos (Vacaciones) a los que habíamos ido voluntarios, dos años sin ir a casa. Ese año 1951, en junio terminé los estudios de Practicante, y tenía una ilusión muy grande de ir al pueblo para ver a mi familia, y disfrutar de las fiestas de San Joaquín.
Pedí permiso y me concedieron diez días, llegué a Peraltilla el jueves anterior a la fiesta, y cual sería mi sorpresa cuando mi hermano me dijo que no había fiesta ni habían buscado orquesta, porque solo había 11 mozos de gasto e iban ha salir muy caros.
Aquel jueves también llego José Maria Cavero el Veterinario y cuando nos vimos comentamos lo de la fiesta, y entrambos quedamos en reunir a los mozos de gasto aquella noche, nos reunimos los once mozos y nosotros dos que hacíamos en total trece mozos, en el café de Tomás, y allí acordamos ir a Estadilla para contratar una de las dos orquestas que había en ese pueblo. y nos presentamos José María y yo para ser Mayorales, pues nadie quería serlo. El viernes por la tarde fuimos, en bicicleta, Jesús del Herrero, otro más que no recuerdo y yo, y contratamos a la Columbia.
No quería ser nadie Mayoral, porque los Mayorales tenían muchas obligaciones, y la más mala era que el tercer día cuando terminaba el baile de despedida los mayorales tenían que pagar el contrato a la orquesta con dinero de su bolsillo, y en aquellos años, en la mayoría de las casas había poco dinero, nosotros tuvimos suerte porque casa Cavero era de las más ricas del pueblo y ellos aportaron las tres cuartas partes del total y mi padre la cuarta parte.
El cuarto día de la fiesta, nos reunimos en el café de Tomás, y pasamos las cuentas de los gastos habidos y los demás mozos nos pagaron la cuota correspondiente, que luego devolvimos a nuestros padres, y después de esto nos comíamos las tortas de bizcocho recogidas por las casas el día de la rondalla.
Como ves Eduardo, ese escrito debió ocurrir en las fiestas del año 1949 ó 1950.
Ese año de 1951, es un año de muy grato recuerdo para mi, además de terminar mis estudios y de ser Mayoral, nos hicimos novios Gloria y Yo.
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